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2. Making Budgets

Armar presupuestos es mi terror.

Acá te dejo una lista de todos los puntos que toco a la hora de

armar un presupuesto para setear tus limites.


Armar presupuestos es uno de mis puntos más flojos. Bajar a palabras qué es lo que vas a hacer es de lo más aburrido que hay: cómo lo vas a hacer, cuánto tiempo te va a llevar, qué es lo que vas a entregar, qué equipos vas a usar, dónde y cuánto querés cobrar.


Esto no me lo enseñó NADIE cuando estudié y debe ser de las cosas más importantes a la hora de encarar un proyecto. Es acá donde vos planteas tus condiciones y estableces el flow de trabajo.


Para no repetir siempre los mismo me armé unas bases, una por cada categoría de laburo: moda, gastronomía, arquitectura, etc. Archivos bien simples con mi loguito ( porque tu impronta personal tiene que estar hasta en la sopa). Cuando tengo que cotizar los altero dependiendo las necesidades del cliente. Los mando en PDF por mail en general, para que quede registro.


Los puntos que toco suelen ser igual para todos.


Estandarizar te soluciona el problema.


Cómo cotizo? Cotizo por jornada o por proyecto. No por cantidad de fotos, ni por horas de trabajo. El único momento en el que cotizo por foto entregada es cuándo el nivel de postproducción de cada foto es alto y terciarizado. En general, son trabajos que tienen que ver con arquitectura y hotelería.


Proyecto: de qué va. Qué es lo que voy a hacer y cuánto tiempo me va a llevar: cuántas jornadas, cuántas horas. Clave para mi pactar las horas. Sino el ¨hagamos una fotito más” siempre aparece, y nunca es una más. Cuentas claras conservan la amistad. Mis jornadas de trabajo no suelen ser de más de 5 horas. En casos puntuales se estiran un poco más cuando la producción es más grande. 5 horas es mi limite de atención.


Producción: División de poderes! Aclarar de qué NO te vas a ocupar. Tuve mis épocas de ser multitasking y de ocuparme de cien mil cosas. Ya no más. Entendí que delegando muchos temas se trabaja mejor y rinde más el tiempo. Establezco, post charla con cliente, a quién le corresponde armar la producción. También detallo la elección de la locación.

Entrega: Qué es lo que voy a entregar. Cuántas fotos y cuántos videos. Pongo un número aproximado y un límite. 20, 30, 40 fotos, 150.… lo que sea. Clave también incluir cuanto tiempo te va a tomar entregar. Pido aprox 10 días hábiles posteriores al día de producción para editar. Nunca demoro tanto de cualquier forma. Trabajar rápido es un asset. Mi trabajo en edición es simple. Me ocupo de que el crudo sea perfecto para que no necesite tanto manoseo después. Por ende, el manoseo, es bastante básico. Corrijo colores y contrastes básicamente, y texturas. No me lleva más de 3 minutos por foto.

Selección del material: Aclaro siempre que el criterio de selección es personal. Casi siempre, por no decir siempre, elijo yo y ya entrego todo listo para publicar. Si algo no le sirve al cliente o está faltando, le muestro más material, pero en general, confían en mi criterio. Suelo entregar más material de lo acordado. A nadie le sirve que queden fotos bellas en algún disco externo. No lo hago por el cliente, lo hago por mi. Me da placer entregar material lindo y no andar ratoneando fotos que ya saqué.

Formato y extensiones: entrego una sola copia en jpg mediana resolusión. 20cm x 30cm a 300dpi en 8bit en 2:3 contemplando que van a tener que ser llevadas a 9:16 o a 4:5 o 1:1. Más que suficiente para redes. Claro que ofrezco la chance de entregar copias en alta, formato tiff para impresión en 16bit pero rara vez se necesita.

Costos: cuánto cobrar. Esta es la parte difícil. Es un servicio que puede ser minimizado a “Es una fotito”… Pero no. No es una fotito. Es uno de los últimos eslabones de la cadena del trabajo de tu cliente. Y ese eslabón es la herramienta para salir a vender. Si no te van a valorar esto, estás trabajando con la gente equivocada.


Todo pasa online, si la imagen corporativa es fea y si hay un BAD MARKETING, no se llega muy lejos. El mal marketing te entierra. Una imagen fea, te entierra. No podés salir a competir con una imagen fea. Demasiado feroz el mercado como para no prestarle atención a esto.


No estás entregando una fotito, estas poniéndole el cuerpo y le estas dando tu identidad también, algo que te costó construir seguramente. Hay muchísima competencia. Mucha gente que trabaja de lo mismo. Pero por algo, te llaman a vos. Entiendo que en un principio es difícil creértela, pero si realmente consideras que sos bueno y que tu trabajo va a sumar a que las ventas de tu cliente suban, eso se tiene que ver reflejado en el número que te paguen. No le debes nada a nadie. Esto es un intercambio justo: yo te entrego esto y estás contento, vos me pagas esto y yo estoy igual de contenta también. Esto es un capítulo aparte. El amor propio. Lo dejo para la próxima.

A veces tenemos esta sensación agradecimiento puro por que alguien te contrata y sentís que te están haciendo un favor, y está buenísimo, pero no por eso tenés que cobrar menos. Obvio que es fundamental ser agradecido. Como siempre en la vida: en la vereda de la gratitud. Podés hacer atenciones si te hace sentir mejor, pero, devuelta: no le debes nada a nadie. Sacar una foto buena que se traduzca en ventas lleva años de entrenamiento, conocimiento, equipos, tu tiempo, todo eso VALE. Hacé valer tu trabajo.


Hay algo a lo que yo le llamo el Happy Number. Es ese número en $ en el que se materializa mi esfuerzo y me va a sacar una sonrisa. El tamaño de esa sonrisa tiene que ser proporcional al tamaño de la sonrisa del cliente cuando recibe el material, lo publica y convierte a venta. Es un número que no está estandarizado, pero yo sí lo estandaricé en mi cabeza y tiene una base mínima. Por menos de $X yo no salgo de mi casa.


Ese número con el cual quedas contento y sabes que es suficiente y justo. Buscalo. No te puedo contar cual es ese numero, o cuál es mi base, sería de pésimo gusto. Mi número está basado en mi experiencia y cada uno tiene la suya. Va con cada uno. Si tenés duda, chárlalo con algún colega. Siempre hay alguien dispuesto a darte una mano y contarte aprox cuanto está cobrando.


Formas de pago: siempre fijado de ante mano. Yo no pido adelanto nunca. Pido el pago a contraentrega si puedo, y si trabajo con empresas grandes a 30 días de factura emitida. ( algunos pagan a 60 o 90, pero ahí le sumamos un % por la espera, pues inflación). Aclará si queres efectivo, cheque, transferencia o lo que sea. Si te hace feliz trabajar por canje y te sirve, hacelo, pero charlalo y que ese canje te haga igual de feliz que el número que querías pedir.

Es importante trabajar con gente que te haga feliz. Es importante trabajar en un ambiente lindo y que valoren lo que haces. Es igualmente de importante saber decir que no a lo que no te sirve o no querés hacer.

Asi que, a buscar ese Happy Number, estandarizar armado de presupuestos y a no tener miedo ni vergüenza.




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